«Hay que mirar la cara del Miedo». Giorgio Nardone. La Contra de la Vanguardia

La sentencia definitiva del Gobierno del PP en la Comunidad Valenciana, llegó anteayer con la inesperada decisión del Consell de cerrar Canal 9, la cadena autonómica, tras 24 años de emisión. Este cierre se produce como consecuencia de la anulación del ERE por parte del TSJCV y su ordenación de readmisión inminente de los 1.000 empleados que habían sido despedidos mediante dicho expediente de regulación de empleo. Una decisión histórica y sin precedente en España.

La incapacidad manifiesta de los gobernantes populares de la Comunidad Valenciana queda evidenciada definitivamente, y de una forma clarificadora, con esta decisión histórica y drástica. Canal 9 es una televisión pública que nació para promocionar la identidad valenciana, su cultura, lengua y territorio, y que el propio Partido Popular ha utilizado como herramienta de manipulación y difusión particular, apartándola de su sentido originario y su servicio público imprescindible.

El PP Valenciano ha concurrido dopado a las elecciones autonómicas estos 15 años atrás con una insoportable manipulación de la televisión pública valenciana. Así lo evidencian los propios trabajadores de Canal 9 que relatan ahora las estrategias manipuladoras del Consell Valenciano, periodistas convertidos en marionetas manejadas por los líderes políticos populares que, aunque tarde, ayer por fin cortaron los hilos que les unían a sus titiriteros y explicaron en directo hasta qué punto habían estado sometidos por ellos.

Lo más grave es, que en el año 1995, cuando el PP llegó a la Generalitat se encontró con una televisión con 687 trabajadores, una deuda de 22 millones de euros y un “share” del 21%. En este 2013,  el PP dejaba 1620 trabajadores, una deuda de 1.126 millones de euros y un “share” del 5%. Cifras que hablan solas.

Pero sin lugar a duda, lo más indignante de este despropósito valenciano es la justificación que realiza el President de la Generalitat Fabra, quien en un gesto plagado de ólo se vence… acostumbrándote a ser rechazado.
–¿Y qué terapia estratégica fue útil aquí?–“Debes hacerte rechazar cada día una vez”, le ordené.Y no es fácil: fue descubriendo que no siempre le rechazaban… Y, así, cada día se exponía más y más, e iba obteniendo más síes que noes… Y adiós timidez.
–¡Bravo! ¿Y si me asusta hablar en público?–Una hora antes, imagínese todo lo peor al respecto, focalice ahí toda su angustia. Luego, ya en el estrado, empiece así: “Excúsenme si me ruborizo o sudo o me pierdo: no me siento muy bien últimamente”. Todo irá como una seda: ¡la fragilidad declarada deja de ser tal y se convierte en un punto de fuerza!
–Pero, ¿cómo se origina una fobia?–No pierda el tiempo con el pasado: su miedo es presente y se trata de disiparlo. Una vez disipado, será un valiente. Porque sólo quien ha sentido miedo puede ser valiente. Quien no…, es sólo inconsciente. 

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